Hola,
Soy José García y estuve de voluntario en la fundación Wiatrak del 10 de mayo al 31 de diciembre del año 2021. Yo comencé mi voluntariado cuando las restricciones de la pandemia empezaron a eliminarse, por lo que yo fui uno de los primeros vuelos España-Polonia tras los confinamientos. Para otoño del mismo año, Wiatrak ya contaba con bastantes voluntarios de largo plazo internacionales y también pude conocer a 12 voluntarios de un proyecto corto de dos meses a finales de año. Conocer a estos otros voluntarios es un regalo de la vida y solo suma puntos positivos a mi experiencia.

La fundación tiene diferentes lugares de trabajo: oficina, trabajo en diferentes guarderías, club de personas de la tercera edad y dos lugares de terapia para personas con algún tipo de discapacidad. La mayor parte del tiempo estuve de voluntario en Pinokio, un lugar de terapia. Sí, yo hacía actividades con un pequeño grupo de personas con discapacidad, a la vez que ahondaba en mi amistad con ellos y hacíamos un provechoso y recíproco intercambio cultural. Yo ofrecía algunas tareas: daba clases de inglés, enseñaba canciones típicas españolas (aunque muchos de ellos conocen muy bien a artistas como Alvaro Soler) o proponía actividades. En este aspecto, se ofrece al voluntario la posibilidad del desarrollo personal implementando ideas al lugar de trabajo, aunque siempre lo viví como una
reunión de amigos.

En el voluntariado estuvimos doce participantes provenientes de seis países: tres de España, cuatro de Italia, dos de Georgia, una de Portugal, otra de Ucrania y uno de Rumanía. Además, en el coro participó una chica polaca de Bydgoszcz que estaba haciendo sus prácticas con nosotros y un chico de Macedonia (long-term) que se ocupaba de grabar las sesiones, hacer las conexiones online y la parte de percusión de las canciones.

Las edades de los participantes fueron desde los dieciocho años hasta los treinta, aunque la mayoría se encontraba por debajo de los veinticinco.

He disfrutado mucho del proyecto. Anteriormente había visitado Polonia como una turista y el haber estado más tiempo me ha hecho darme cuenta de cómo de diferente era la imagen que tenía del país. Me ha sorprendido que a pesar de ser Polonia un país más tradicional que España, he visto muchas banderas LGTBI+ y personas de nuestro grupo que en sus países no pueden expresar su sexualidad se han visto liberados con nosotros y con el ambiente que se ha creado en este mes y medio.

Una experiencia increíble!!! Eso resumiría mi experiencia en tres palabras. Encontré el proyecto en un momento en el que estaba un poco perdida, había acabado de estudiar y no tenía trabajo y sin duda fue un mes único.
Hacer un voluntariado te da la oportunidad de conocer otra cultura y personas maravillosas.

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Desde el doce de noviembre hasta el 22 de diciembre, yo y otras diez personas de Portugal, España, Italia y Rumania participaron en el proyecto solidario Europeo de la Fundación Corps y Wiatrak «hej kolenda kolenda» o «Ey! es un  villancico navideño». Todos compartimos una casa en Piaski, Bydgoszcz, a treinta minutos del centro de la ciudad con autobuses cada 5/10 minutos, la distancia no era tanto problema como inicialmente esperábamos. Yo compartí una habitación con un voluntario italiano de 28 años,  y con un voluntario rumano de 19 años. Las condiciones de la casa eran increíble, excepto por la cocina que no tenía microondas, estufa y solo dos ollas y sartén. Además de la cocina, toda la experiencia fue bastante sorprendente.

Desde el primero de diciembre hasta el veintiuno tocamos villancicos en rumano, portugués, italiano, español y polaco todos los días para diferentes multitudes, comenzamos en un club de adultos mayores y terminamos en un jardín de infantes, Jugamos en todas partes. En el tranvía, en nuestra casa, en el fundación, en hospitales, en hospicios, en escuelas de educación especial y en escuelas secundarias, incluso aparecimos en la radio y en la televisión.

Una chica de Valladolid que gracias a Asociación Jóvenes Solidarios ha podido realizar un SVE de corto plazo en Lodz, Polonia. Han sido sólo dos meses pero la experiencia ha sido muy intensa.  He conocido a muchísima gente y compartido una experiencia que siempre recordaré.

El proyecto en el que he estado trabajando se llama Foreign Friendly Society. Consistía en llevar a cabo una serie de ideas para impulsar la visibilidad de Lodz como una ciudad “Foreign Friendly”, así como descubrir cuáles son los sitios favoritos y las actividades que pueden ser especialmente atractivas para los extranjeros que viven allí.

He trabajado y convivido con otros nueve voluntarios, cada uno de un país diferente y con una lengua diferente, por lo que la comunicación entre nosotros ha sido clave en el proyecto. A veces ha sido complicado ponerse de acuerdo y trabajar en equipo, pero creo que todos hemos aprendido cosas de esta experiencia y nos ha servido para saber ser más tolerantes y saber sacar partido de la diversidad.

Cada uno de los diez voluntarios involucrados en este proyecto hemos aportado nuestros conocimientos y habilidades para hacer diferentes cosas. Yo he realizado el logotipo y trabajado en la imagen gráfica además de ayudar a mis compañeros en lo que he podido para organizar varios eventos, grabar un vídeo o redactar el contenido de la página web.

Además de conocer Lodz he tenido tiempo de viajar un poquito por Polonia y conocer otras ciudades. Aún me he quedado con ganas de descubrir más lugares y vivir un poco más en este país.

En el proyecto en el cual he estado involucrada se realizó en Polonia, una parte de los participantes atendían de manera virtual (5 de ellos)  y la otra de manera presencial (los 6 restantes). El proyecto tuvo lugar entre el 8 de noviembre y el 22 de diciembre.  Nada más empezar el proyecto tuvimos algunos problemillas, debido a que nos costó encontrar un programa/aplicación en la que todos pudiésemos cantar y vernos a la vez, has de tener en cuenta que si realizas una actividad virtual podrías tener  problemas de conexión si tu internet no es el más rápido. Has de saber que, al realizarlo virtualmente vas a pasar muchas horas en el ordenador, y es posible que te agobies un poco, pero no te preocupes no será ningún problema si estás haciendo algo que te gusta.

Puede que os preguntéis,” ¿y cómo fue la interacción social?”. He de decir que  no es es ningún problema no estar presente allí, simplemente debes de participar un poco más, y no solo hablar con ellos durante el proyecto sino  también fuera para conocer más de cada uno.

Hacer un voluntariado online, es una gran oportunidad, pese a todo lo que estamos viviendo hoy en día. También depende de las circunstancias en las que te encuentres. En el caso de que estés confinado.

 En conclusión, realizar un voluntariado virtual de corta duración es una nueva manera para que descubras nuevas capacidades y sobre todo para disfrutar de un tiempo con personas nuevas y conocer sus culturas