STUDY VISIT. PALESTINA

UNA SEMANA EN UNA REALIDAD DIFERENTE

El pasado 7 de febrero tuvo lugar en el salón de actos del IES Juana de Pimentel de Arenas el acto “Una semana en una realidad diferente”, organizado por AJS (Asociación de jóvenes solidarios). La asociación participó el pasado diciembre en un encuentro juvenil llevado a cabo en Palestina, financiado por el programa Europeo Euro – Med, en el marco del programa “Your participation is our future” –diseñado por AJS- gracias al cual trabajan “on-line” desde hace cuatro años con más de diez organizaciones juveniles de otros tantos países, con las que también tienen encuentros todos los años. En esta ocasión, se trataba de una visita de estudio – centrada en explorar las iniciativas juveniles – para un monitor y dos jóvenes de cada país. Al encuentro, organizado por Juzoor Foundation (la asociación palestina socia de AJS en el proyecto), asistieron representantes de asociaciones de Italia, Eslovaquia, Turquía, Jordania, España y Palestina; con la ausencia de Inglaterra (a los que las autoridades “desaconsejaron” el viaje por motivos de seguridad) y de Marruecos, a los que el gobierno de Israel denegó la entrada.

También el “pasaporte palestino” o la asociación que organiza viajes dentro de Palestina, para que los jóvenes conozcan su tierra, muy importante habida cuenta de las dificultades de movimiento que tienen los palestinos. La sensación general fue de sorpresa por la capacidad de iniciativa de la juventud palestina, así como por el apoyo de las autoridades a los proyectos.

Pero el viaje también les puso en contacto con la terrible realidad de la ocupación militar. La omnipresencia del muro que les separa (en muchas ocasiones derribando casas, cortando carreteras, cerrando el acceso a tierras de cultivo), los constantes controles del ejército israelí, la documentación de color diferente para los palestinos, a los que se les niega tantos derechos por el hecho de serlo…Esa ocupación que, en el día a día, supone que los productos agrícolas para la exportación se pudran en los contenedores esperando el permiso israelí, los campos a los que no dejan acceder y después expropian por no ser explotados, o las viviendas de los palestinos de Al Quds (Jerusalén) que no pueden ser reparadas porque las autoridades no dan licencia de obras, hasta que sus habitantes tienen que dejarlas y son ocupadas por israelíes que no tienen ningún problema para reformarlas.

Y para finalizar, el compromiso. Todos los participantes en el encuentro se comprometieron a compartir la experiencia al llegar a sus países y esta charla se enmarca en las actividades que están organizando para darla a conocer en la zona. Como explicaba uno de los jóvenes:”Estaban agradecidísimos de que estuviéramos allí. Para ellos es superimportante que demos a conocer lo que hemos visto.” Y añadía Quique:”No os creáis nada de lo que dicen en la tele de Palestina.” Para más información sobre el viaje y sobre AJS:

study visit in palestine

Your participation2OurFuture

Los participantes españoles de AJS (Monia Wisniewska, la monitora, y los jóvenes Quique Fernandez Sánchez y Toni Gómez Romero) explicaron la experiencia acompañando su exposición con fotos del viaje. Durante su estancia en Palestina se alojaron en la sede episcopal de Ramallah y realizaron viajes a Jericó, Qualquilia y Tulkarem, visitando multitud de iniciativas, fundamentalmente de autoempleo, en sectores de agricultura, ganadería y comercio, pero también en otros sectores, como el proyecto que ha construido una máquina para grabar en madera patrones diseñados por ordenador, máquina construida con materiales de deshecho reciclados. Otras iniciativas tienen un marcado carácter social, como un centro cultural para mujeres rurales o un proyecto de financiación para estudiantes universitarios sin recursos, a cambio de ofrecer apoyo escolar a niñxs de primaria o secundaria, en un intento de romper la espiral de la pobreza.

Pero, sin duda, uno de los casos más sangrantes era el de uno de los asistentes al curso, que vivía en Jerusalén, rodeado de vallas y soldados y no podía salir de casa antes de las 7 de la mañana ni regresar después de las 8, ni recibir visitas sin autorización previa del ejército. En menor medida, por ser ciudadanos europeos, también sintieron la injusticia de la situación en sus carnes. Como solo se puede acceder a Palestina por Israel, a la entrada dijeron (siguiendo las instrucciones de la organización del evento) que iban a Jerusalén a hacer turismo, para evitar que les denegaran la entrada. Pero a la salida optaron por decir la verdad y allí empezaron los problemas. Dos horas de cacheos, interrogatorios, prácticas intimidatorias y vejatorias (uno de los jóvenes tiene solo 17 años) les hicieron atisbar lo que puede suponer ser un joven palestino en territorio ocupado durante las 24 horas del día.